ALMA DE SCHNAUZER
Desde que llegó Uke, un adorable schnauzer mini, he encontrado un nuevo universo de barbudos que parecen serios, pero nada más lejos de la realidad.
Me causaron tanta curiosidad que no pude evitar leer más sobre ellos. Son leales hasta el infinito, brutalmente mimosos y llenos de energía.
Siempre he tenido perros y de hecho tengo debilidad por los nórdicos. Tuve un husky que me robó el corazón con su arrolladora personalidad, y una mestiza de mastín y labrador que era puro amor y se desvivía por cada uno de nosotros en casa. Pero ambos tenían claro quién era el líder… y no era yo. Con el tiempo, incluso mi novio me adelantó rápidamente en los puestos de líderes de mi familia.
Con Uke, todo fue distinto. Leí en un libro que los schnauzers no entienden de jerarquías ni necesitan un líder. En la naturaleza, los cachorros respetan a la madre no por miedo ni autoridad, sino porque la quieren. Su manera de relacionarse nace del cariño: no obedecen por imposición, sino porque el vínculo emocional los guía.
Cuando leí esto me hizo un clic en el corazón, entendí por qué, desde el minuto dos, Uke ya me miraba como a su persona favorita.
No es jerarquía.
Es pura conexión.
Y esa conexión es el alma de Schnuggle